Durante milenios las mujeres nos hemos sentado en cuclillas. Dejar de hacerlo ha contribuido a la perdida silenciosa de la conexión con la tierra y el distanciamiento de saberes ancestrales de nuestro linaje.
Estas dos mujeres a sus máximos diez años se refugian en sus cuclillas cuando advierten la presencia de una cámara. Una de ellas mantiene sus cuclillas y mantiene su mirada. Se preguntan que es lo que vamos a buscar (nosotros, los otros) a ése, su lugar. Y se responden con toda certeza que lo que ahí vemos y conocemos no es ni la mínima parte de la inagotable fuente de sabiduría que se susurran al oído y esconden bajo el agua y las faldas. Matronas de la tierra, Diosas del hogar.
Isla del Sol. Lago Titicaca, Bolivia
Expuesta en: